El 4% de la realidad
¿Cuántas horas dedicamos a nuestra profesión? Es una parte esencial de nuestra vida con un gran impacto es nuestro bienestar. ¿Cómo saber si ese tiempo está bien invertido? En Occidente principalmente destaca un termómetro para valorar la calidad de una profesión: la retribución económica. De hecho, la compensación económica suele percibirse como un factor potente en la fórmula de la felicidad, así como el PIB en la ecuación del bienestar.
La retribución y el PIB son variables tangibles, cuantificables y homogéneas que encajan en una fórmula matemática, sin embargo, la felicidad y el bienestar son intangibles, no cuantificables y heterogéneas, no encajan en una fórmula matemática. ¿Podemos valorar algo no cuantificable como el bienestar mediante variables numéricas como el PIB?
Ocurre algo parecido en el sistema educativo: según el experto en educación Ken Robinson, el aprendizaje y la inteligencia son diversos, dinámicos y heterogéneos. Sin embargo, ambos se miden y evalúan mediante calificaciones numéricas, cuantificables y tangibles.
1. Medir el nivel de aprendizaje

La dinámica es parecida en la comprensión de la salud: entendemos que ésta puede medirse mediante métricas numéricas, por ejemplo, en análisis de sangre. Sin embargo, hay otros aspectos de la salud no numéricos y muy relevantes: la salud mental, la energía o la paz interior.
La felicidad, el aprendizaje o la salud son conceptos clave en nuestras vidas y bienestar; para acercarnos a ellos quizás necesitemos ampliar nuestra visión: ¿Por qué únicamente usamos métricas numéricas para valorar aspectos intangibles? ¿Por qué lo evaluamos todo con números? ¿Qué hay detrás de esta forma de entender la realidad y vivir?
La respuesta es el materialismo, un amigo tan viejo como la filosofía en sí. Gran parte de nuestra forma Occidental de pensar y vivir proviene del S XVII, cuatro siglos atrás.
Demócrito se considera el primer materialista, filósofo de la Antigua Grecia en 300 aC. Él era atomista: desde su perspectiva, todo lo que forma la realidad es material (tangible) y está formada por átomos. Bajo su visión, todo lo no-material (intangible) no existe.
En el S XVII, junto con la Revolución Científica, el materialismo fue evolucionado, por Francis Bacon y Renée Descartes entre otros, dando fruto al materialismo mecánico. Este último define una gran parte de nuestra forma de entender el amor, la felicidad, el aprendizaje, la salud o la Naturaleza. ¿Cómo?
2. Medir el alcance del amor

El materialismo entiende que:
1. La realidad es material, lo inmaterial no existe
La realidad es enteramente material, puede explicarse mediante la ciencia y medirse mediante métricas científicas tangibles y numéricas. El mundo se reduce a un conjunto de átomos explicables a través de la física, la mecánica, la medicina o las matemáticas. Todo lo inmaterial no cuantificable ni explicable por la ciencia, no es considerado real.
La cantidad de colesterol en las arterias o la rotura de un hueso son aspectos materiales y tangibles; entran en el marco de lo que entendemos como salud. Sin embargo, la energía de un cuerpo o la paz mental son inmateriales e intangibles, no pueden medirse numéricamente y por lo tanto no entran en el marco de lo que entendemos convencionalmente como salud.
2. Solamente existe si puede demostrarse lógicamente
Para que algo sea considerado real debe poderse probar mediante demostraciones lógicas basadas en las leyes físicas, mecánicas o matemáticas: debe ser medible o cuantificable. Aquello no cuantificable o demostrable mediante las ciencias lógicas simplemente no existe.
3. La materia es inerte e inconsciente
La realidad está formada únicamente por materia y ésta no es más que átomos ordenados: sustancia sin ningún tipo de "alma" ni voluntad propia.
Según la medicina occidental, el cuerpo humano se reduce a sus componentes físicos: una máquina compuesta de diferentes tejidos y mecanismos. Asimismo, un árbol es prácticamente inerte: un conjunto de átomos de madera, savia y hojas.
De esta forma, mediante la visión materialista, asumimos que todos los fenómenos inmateriales que la ciencia no puede explicar son falsos: la hipnosis, la telepatía o la inteligencia colectiva no encajan en nuestro marco de lo que es real.
Cuando valoramos aspectos de nuestra vida a través de la visión materialista, solamente admitimos métricas numéricas y tangibles.
¿Qué pasaría si ampliáramos la visión y admitiéramos aspectos intangibles como el autoconocimiento, el propósito, la paz interior, la amistad, la energía, el amor, la conexión o la compasión?
Según Luis Álvarez-Gaumé, Director de Física Teórica del CERN, la materia y energía que conocemos representa solamente el 4% del Universo [1], el resto consiste en energía oscura y materia oscura, es decir, nos estamos perdiendo alrededor del 96% de la realidad.
3. La materia y energía conocidas son el 4% del Universo

Es posible que si complementáramos nuestro entendimiento materialista del mundo con otras visiones pudiéramos añadir más aspectos a nuestra comprensión de la felicidad, el aprendizaje o la salud. Quizás así podríamos tener una visión y comprensión más completa de estos aspectos y vivirlos de forma ilimitada.
Tener consciencia de nuestra visión materialista limitante es el primer paso para dar espacio a otras visiones complementarias, así que ¡Vamos allá!
[1] Sólo vemos un 4% de la materia existente en el universo, Diario de Navarra, 21/10/2011
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Bibliografía
Eisenstein, C. (2013). The more beautiful world our hearts know is possible. North Atlantic Books
Descartes, R. (2010). El Discurso del Método, Meditaciones Metafísicas. Espasa Libros
Sheldrake, R. (2020). The Science Delusion. Coronet
Lovelock, J. (1991). Gaia una ciencia para curar el planeta. Gaia Books Ltd
Schumacher, E. F. (2019). Una Guía para los perplejos. Atlanta